sábado, 2 de febrero de 2013

NUEVO CICLO (Prodromo)

Esta nave comienza a llevarnos a costas inusitadas. Es el momento de explorar y apearnos de la nave de los locos para llevar algo de la claridad de la locura en cada paso que damos por esta tierra desconocida.

Nuestras antorchas están encendidas y nuestros ojos están ávidos de hallazgos. Pero nuestro andar no es ya el mismo que nos movía hace unos años cuando comenzábamos esta deriva de locos, poetas y profetas. Hemos pasado por los mares de teorías existenciales, hemos atravesado canales y estrechos metodológicos, hemos descansado en remansos de actividades vivenciales y experiencias con el cuerpo, el movimiento, las artes gráficas y musicales. Hemos estado en silencio y hemos sorteado tormentas y corrientes, vientos a favor y vientos en contra. Y en este instante del viaje, nuestra barca encuentra un sitio donde podamos descender y establecernos. Nos parece algo venturoso este encuentro y descendemos con nuestra barca bien asegurada, ningún loco quiere dejar de ser tan loco como para dejar de explorar. Decía que nos parece venturoso y provechoso porque ya se divisaban nubarrones de tormentas capaces de aniquilarlo todo a su paso, nubarrones que van borrando lo que ven diferente, fortaleciéndose con los escombros. 

Ahora, entonces, descendamos de esta nave de los locos pero nunca la olvidemos. Nunca se sabe cuándo habrá que volver a zarpar.


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